viernes, 23 de junio de 2017

Parque Frances Macià en Malgrat de Mar

En el anterior post que os escribí, os hablaba de nuestras vacaciones en Malgrat de Mar, un pueblo de Barcelona, y os explique que estuvimos en un parque chulísimo. Ese parque se llama Frances Macià, y lleguemos a el a través de un mapa que nos dieron en el apartahotel y preguntando a la gente. Os cuento todo:

Cuando entras al parque, lo que más llama la atención es lo natural que es. Muchos arboles, tierra y todo para que jueguen los niños de madera. Al principio había circuitos para niños más mayores, y nos decepcionemos un poco porque no era para niños de un año y medio, pero conforme avanzabas, veíamos más cositas para ellos. Había unos merenderos, y al lado una casita de madera, un pequeño tobogán con una zona de escalada (aunque para esto si que necesitaba ayuda)


Un poquito más lejos, una plataforma de madera, con unos círculos de contrastes que se podían girar y creaban ilusiones ópticas, y también otro tobogán.

También había caballitos de madera para subirse y un carruaje.

Avanzamos más y nos encontramos un parque musical, que le gusta más al padre que a Susana. Lo que os enseño en las fotos son unas almohadillas, en la que si saltas encima o de una a otra, descubríamos que cada una tenía una nota distinta. Como ya os digo, a mi pareja le encanto y se puso a tocar canciones como el "cumpleaños feliz". También había unas campanas de las que tenias que tirar de una cuerda y tenían notas distintas, y unos tubos de metal que si los girabas tenían algo dentro que producía diferentes sonidos.

Y llegamos a la parte que no es nada natural, pero que también es preciosa; y es que se trata de figuras enormes de comida o de objetos de papelería. Lo primero que vemos es una tarta y una magdalena.

Vemos también lapiceros, sacapuntas y gomas de borrar. Por supuesto, cualquier cosa es buena para escalar, subirse, sentarse o tirarse como si de un tobogan se tratase.


Y lo mejor de todo, una casita de chocolate y golosinas, rodeada de cubos, un flan y un brazo gitano.

Seguimos avanzando y vemos una zona de gnomos, con sus casitas y flores gigantes. Un poco más allá vemos un parque para niños más pequeños, con columpios y toboganes.


Y terminamos la visita volviendo ha hacer el mismo recorrido, para no perdernos, por lo que disfrutamos el doble. Si volvemos al pueblo seguro que volveremos al parque, y seguro que Susana siendo más mayor lo disfrutará el doble. No puedo dejar de recomendaroslo, por la zona tan natural, y por la zona artificial pero tan llena de fantasía, donde creo que ellos pueden crear sus mundos.

¿Conoceis más parques naturales o más parques con cosas gigantes?

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