Este año más que nunca necesitaba unas vacaciones: trabajar durante la cuarentena ha sido psicologicamente agotador en muchas ocasiones. Claro esta, que después del confinamiento ha venido la nueva normalidad y nos ha costado un poquito acostumbrarnos a ella, así que hasta que nos animamos a irnos de vacaciones nos costo un poco, y mientras tanto decidimos ver lugares de nuestra ciudad: Zaragoza. Y es que a veces recorremos grandes distancias para ver cosas espectaculares y nos olvidamos de lo que tenemos aquí al lado.
Uno de esos gran desconocidos de nuestra ciudad ha sido el Palacio de la Aljaferia. Sabíamos que existía, oíamos que era muy bonito, la habíamos visto desde fuera, pero no habíamos estado nunca (para no mentiros, me suena que fui de pequeña en una excursión con el colegio) y nos ha gustado tanto, que en menos de un mes hemos repetido la visita.
Actualmente la entrada es gratuita aunque hay que llamar con un día de antelación para reservar la entrada. Creo que esto es así debido al coronavirus y que de normal, si que hay que pagar por la visita pero como ya os digo no habíamos ido antes por lo que no se cual es el funcionamiento habitual del palacio.
No soy muy buena para quedarme con los datos históricos, pero es un palacio perteneciente al reino Taifa y en el que también vivió Pedro el Ceremonioso y más adelante, los Reyes Católicos. Dentro de la Aljafería, en distintas zonas tenemos a guías que nos van explicando cosas de las salas y de las personas que vivieron en el palacio, así que ellos os explicaran mejor que yo (y seguro que viéndolo en persona os queda más claro)
No se puede ver todo el palacio, de hecho se ve una pequeña parte, esto se debe en parte a que en la actualidad están las Cortes de Aragón situadas aquí. Aún así vale mucho la pena (como ya he dicho ahora mismo es gratuito pero es que os prometo que vale la pena pagar para verlo) y lo que tenemos bastante claro es que a partir de ahora lo visitaremos más a menudo.
Os dejo con las fotos y una pequeña explicación sobre ellas:
Lo primero que vemos es un patio de armas y del cual accedemos a un gran jardín que también tiene una sala con unos arcos preciosos.
Desde esta sala, podemos ver una pequeña salita en plan capilla. No se puede acceder al interior pero se ve perfectamente desde fuera. La sala se uso de cocina durante un tiempo (aunque no estaba construida para ello) y gracias al humo se han conservado los grabados originales.
Después de esta zona, entramos a un gran pasillo que contiene piezas grabadas. Están expuestas como si fuera un museo. Luego accedemos a una sala que tiene un pozo incluso más antiguo que el palacio, esta hecho con piedras de la muralla romana (que os recomiendo ver también) Subimos unas escaleras y entramos en distintas salas, vemos unas cuantas maquetas del palacio... De todo esto último no hice fotos.
Después de ver todo esto, pasamos a la sala que usaban los Reyes Católicos para recibir a las visitas y lo que más impresiona es su techo. Desde esta sala también se pueden ver los techos de la primera.
Luego accedemos a distintas salas de las que también impresionan sus techos y en una destaca su suelo, que tiene un laberinto que usaban los visitantes para no aburrirse hasta ser atendidos por los reyes. El laberinto no conduce a ningún sitio.
Luego tenemos un pasillo con una puerta muy bonita que solo podían usar los Reyes Católicos (accede a la sala de los techos preciosos) y después bajamos unas escaleras.
Al bajar estas escaleras volvemos a salir al jardín principal, y ya entonces lo rodeamos entero.
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